La investigación arrojó que los estudiantes pueden bajar hasta 0,3 décimas por hora de uso del celular. Además un 18% reconoce usarlo entre 8 a 10 horas diarias.
Dicen que las nuevas generaciones nacen con un celular en las manos y que no pueden vivir sin él. Lo grave es que un estudio de la Universidad de Los Andes demostró que hay relación entre el excesivo uso de este aparato y el promedio de notas de los estudiantes.
La investigación “Efectos de la adicción al celular en los colegios” fue hecha por los académicos Ricardo Leiva y David Kimber, quienes entrevistaron a 300 alumnos de colegios de Santiago entre los 10 y 18 años y a sus padres. El problema de la adicción fue abordado por tres especialistas desde el punto de vista neurológico, educativo y comunicacional.
Los primeros datos dicen que la edad promedio de recepción del primer celular es de 10,3 años, que un 59% usa el celular más de 6 horas al día, y que principalmente lo usan para jugar, ver videos, escuchar música y usar WhatsApp. Ante la pregunta si es que llevan el celular al colegio, un 86% reconoció hacerlo todos los días. Y la conclusión más importante es que al pasar de 1 hora de uso a 2 horas, las notas caerían en 3,3 décimas en promedio.
Los expertos afirman que también hay otras consecuencias como problemas en el proceso de aprendizaje, caídas en la interacción social, aumentos de problemas de salud mental e incluso alteraciones en el sueño.
QUÉ HACER
Entre las recomendaciones que entregaron los académicos para evitar la baja de rendimiento en el colegio por el celular se encuentran:
•Retrasar la entrega del primer celular, hasta los 14 años, por lo menos.
• Evitar que los niños y jóvenes se acuesten con el celular, pues la mitad se despierta para enviar mensajes y puede dormir hasta 40 minutos menos.
• No permitir que jueguen con pantallas por más de dos horas al día, siempre y cuando hayan estudiado y hecho sus tareas previamente, sin el aparato móvil al frente.
• Los niños no deben hacer las tareas con el celular al frente. Debe apagar el teléfono hasta que termine sus tareas y deberes. Así el celular se convierte en un incentivo y recompensa.
• Dar el ejemplo. Si los padres no son capaces de apagar el celular cuando se sientan a la mesa o de conversar con sus hijos sin las constantes interrupciones de su móvil, difícilmente podrán exigirles que estudien o lean sin mirar el teléfono.
Por otra parte, en Francia, el presidente Emmanuel Macron anunció que a partir de septiembre los menores de 15 años tienen absolutamente prohibido llevar sus teléfonos móviles a sus establecimientos educativos. Esto como una manera de proteger a los alumnos de la pérdida de concentración.
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