Los sistemas computacionales se utilizaron inicialmente en los negocios para funciones de contabilidad y, como eran funciones imprescindibles, el alto costo de los computadores era fácil de justificar.
A estos primeros sistemas se les llamó sistemas de procesamiento de datos y trataban de imitar los procedimientos manuales existentes.
Al principio, la mayoría de los archivos se almacenaban en cinta magnética, ya que el almacenamiento en disco era todavía caro, y se accedía a los datos de forma secuencial, lo que significa que cada registro puede leerse únicamente después de haber sido leídos todos los que le preceden. Estos archivos se procesaban por lotes, es decir, todos los registros de un archivo se procesaban al mismo tiempo.
Los archivos se empleaban en distintas aplicaciones. Un programa que realiza una tarea específica es un programa de aplicación y un conjunto de programas que trabajan en tareas relacionadas entre sí se llama sistema de aplicación.
Los archivos secuenciales servían para producir facturas e informes una o dos veces al mes pero para tareas rutinarias se necesitaba acceso directo a los datos (procesar directamente un registro dado). Los operadores debían introducir datos redundantes, lo que requería esfuerzo adicional y aumentaba la probabilidad de error.
Estos problemas se resolvieron parcialmente con la introducción de los archivos de acceso directo, particularmente los archivos secuenciales indexados (ISAM), que permitían la recuperación de registros aleatoriamente. Este tipo de archivos permiten utilizar uno o más campos para identificar un registro.
A finales de los sesenta se produjo la transición del procesamiento de los datos al procesamiento de la información. Se hace una distinción entre datos e información. Por datos se entienden hechos aislados, mientras que información son datos procesados.
Los archivos de acceso directo también tenían una serie de deficiencias:
Redundancia de datos. Como muchas aplicaciones utilizaban sus propios archivos, había algunos datos redundantes, lo que ocasionaba el aumento de introducción de datos y las probabilidades de inconsistencia entre diversas versiones de los mismos.
Pobre control de datos. El mismo elemento de los datos podía tener diversos nombres según el archivo en que se encontrara, lo cual creaba confusiones.
Capacidades inadecuadas de manipulación de datos. Los archivos secuenciales indexados permitían tener acceso a un registro particular pero no a un conjunto de registros interrelacionados.
Esfuerzo de programación excesivo. Frecuentemente, un nuevo programa requería nuevas definiciones de los archivos que el programador tenía que recodificar, creando así una interdependencia muy fuerte entre los programas y los datos.
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